ARTÍCULO DE OPINIÓN

Medellín, Colombia – Hay momentos que son determinantes en la vida de todos los seres humanos: Cuando terminas un programa de estudio, cuando comienzas a trabajar, cuando decides casarte y compartir la vida con una persona, cuando nace tu primer hijo, cuando envejeces, cuando mueres

Son muchos los momentos que los seres humanos enfrentamos en la vida, algunos de estos momentos nos llenan de alegría y otros inundan nuestra alma de tristeza y nos hacen llorar. Pero todos y cada uno de los momentos de la vida, si los enfrentamos con un poco de reflexión, nos ayudarán a vivir de una manera más sabia y productiva.

Este es un momento de dolor y tristeza para todos nosotros, pero mucho más para la familia Oliveros Taborda que despide hoy con mucho amor a uno de sus miembros. A pesar de este lamentable suceso podemos hacer un ejercicio reflexivo que nos ayudará en nuestra vida de aquí en adelante.

La muerte ha sido y es la realidad que más incertidumbres le ha ocasionado al hombre en todos los tiempos. Sobresale en  la antigüedad la pregunta del patriarca Job “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” (Job 14: 14); y en tiempos modernos la poeta  Alfonsina Storni expresó la intranquilidad que produce la muerte en su poema titulado ADIÓS:  

Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán…
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más!

Pero hay una reflexión en la Santa Palabra respecto a la muerte  que es muy valiosa para este momento y que nos muestra cinco asuntos importantes al momento de morir (Eclesiastés 7: 1-4):

  1. LA CLASE DE PERSONA QUE ERES AL MOMENTO DE MORIR

“Vale más el buen nombre que el buen perfume”.

De esta manera el sabio Salomón está diciendo que, cuando llega el final de nuestros días, más importante que la fama, las posesiones, los logros materiales es el carácter, la vida honorable.

  1. PARA EL CRISTIANO EL FINAL DE LA VIDA ES GANANCIA

“Vale más el día en que se muere que el día en que se nace”.

Para un creyente, cuando llega el final ha llegado el comienzo de la vida eterna, la cual traerá consigo el Señor Jesús al regresar a esta tierra en su segunda venida.

  1. UN FUNERAL ES UN BUEN MOMENTO PARA DARLE UN GIRO A LA VIDA

“Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre y los que viven debieran tenerlo presente”.

La muerte irrumpe en nuestras vidas en un instante, llega cuando tu menos piensas; por eso, cuando estamos frente a ella debemos pensar que un día nos tocará a nosotros y debiéramos pensar en hacer los preparativos, sobre todo lo que tiene que ver con el carácter, ¿cómo estás viviendo? Estamos a tiempo para tomar decisiones valiosas que nos ayuden a finalizar bien.

  1. LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO NOS COMPROMETE

“Vale más llorar que reír; Pues entristece el rostro, pero le hace bien al corazón”.

Podemos llorar porque nos hace bien, mitiga el dolor y la tristeza, le hace bien al corazón sacar el dolor a través de las lágrimas. La muerte de un creyente compromete a sus amigos y seres queridos a prepararse para encontrarse con él en la tierra nueva.

  1. A PARTIR DE ESTE MOMENTO DEBEMOS ACTUAR SABIAMENTE

“El sabio tiene presente la muerte; el necio sólo piensa en la diversión”. (NVI)

Nancy, muchachos, hermanos, familiares, amigos, iglesia: no se puede perder la cabeza. Ahora más que nunca tenemos que comprometernos con la fe que Oliveros lleva consigo en su corazón, con la intención de ser salvos para reencontrarnos con este pastor, padre, hermano, esposo y amigo que hoy despedimos.

¿Tienes presente que algún día también vas a morir? ¿O solo estas pensando de forma egoísta en cómo divertirte y disfrutar de la vida?

Job 14:5 nos dice: “Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará”.

En el Salmo 90:10 leemos:

“Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos”.

Nuestros días pasan pronto y volamos. Nuestra vida llegará a su fin en algún momento. Debemos prepararnos para el encuentro con Dios. Debemos entregar nuestra vida a Jesucristo para tener la esperanza de estar con él por la eternidad.

Debes reflexionar en cómo estás viviendo: cuando tomas decisiones, cuando tratas a tu prójimo, cuando pisas el acelerador del vehículo, etc., en todo momento.

En Mateo 5: 4 encontramos: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”.

Nancy, muchachos, que en este momento de angustia, dolor y tristeza puedan aferrarse a Dios, quien promete consolar a los que lloran y los puede sostener en este momento tan difícil.

Vamos a pedirle a Dios que le dé el consuelo que solamente Él puede dar a esta familia que hoy  sufre por la partida de Un pastor hermano y amigo.

Adiós pastor, adiós amigo, adiós compañero.

Pr. Edgar Redondo
Presidente de la Unión Colombiana del Norte

NOTA: Programa sepelio Pastor Franklin Oliveros:
Llegada a Iglesia Central de Barranquilla 8 am
Ceremonia:  2.30 pm
Salida al cementerio: 4:00 pm
Lugar del entierro Los Olivos vía al mar.






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